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Mawlānā Ŷalāluddīn Rumi (1207-1273), gran maestro sufí, es una de las figuras más importantes de la espiritualidad universal. Rūmī nació en Balkh, en pleno imperio persa, y años después, en su juventud, debido al peligro de las invasiones mongoles, emigró junto a su familia a Konya, Turquía.
En Konya iniciaría su actividad espiritual, herencia de su padre, que era legalista, teólogo y místico, perteneciente a una orden sufí. Después de la muerte de su progenitor, Rūmī asumió la responsabilidad de ser maestro espiritual según la vía sufí.
Shams de Tabriz
Pero su auténtico contacto con la experiencia espiritual más profunda no se produjo hasta que conoció a Shams de Tabriz, un maestro sufí errante que buscaba al compañero perfecto con el que compartir la senda hacia el Espíritu.
Se conocieron o, más bien, se reconocieron, porque desde ese luminoso instante ambos se convirtieron en inseparables compañeros. Junto a Shams, Rūmī sufrió una profunda transformación espiritual que cambiaría su modo de entender la vida en todos los sentidos, sobre todo en lo que concierne a su vida espiritual y al modo de practicarla.
Ambos compañeros espirituales mantuvieron dos encuentros de varios meses de duración, pero por diversas circunstancias, no hubo un tercero. Shams desapareció sin dejar rastro. Rūmī buscó durante algún tiempo a su hermano espiritual hasta que, en un momento inspirado por el afán de búsqueda, se dijo a sí mismo:
Rumi
«¿Para qué estoy buscando? Soy igual
que él. Su esencia habla a través de mí.
¡Es a mí mismo a quién he estado buscando!»
Un antes y un después para Rumi
A partir de esta experiencia de integración con la Unidad, de apertura total de la Consciencia, Rumi comenzó a dedicarse a la enseñanza sufí, junto a sus discípulos, desde un punto de vista muy particular en aquel entonces: la poesía, la música y la danza.
Poesía y danzas sagradas
Rumi es conocido por su extensa obra poética, en la que destaca la compilación titulada Mathnawi, al que llaman «El Corán persa». En dicha obra maestra de la poesía universal, Rūmī nos acerca a su experiencia con lo consciente y lo sagrado, y nos inspira para saborear y vivenciar el misterio del amor divino.
La escuela sufí de Rumi se caracterizaba por la práctica de la sama o danzas sagradas que realizaban los conocidos derviches giróvagos. Cada elemento de la danza, la música y los instrumentos utilizados responden a toda una simbología, además de generar un efecto interior en los derviches, lo que Rūmī llamaba éxtasis místico y júbilo espiritual. También, según cuentan varios maestros derviches, la sama tiene efectos terapéuticos tanto físicos como mentales.
¿Por qué el derviche gira sobre sí mismo? Para imitar el movimiento circular y espiral de la existencia y así vibrar en consonancia con la misma, hecho que podemos observar en los astros, los vientos, las huellas dactilares y, más modernamente, en el ADN, por mencionar algunos ejemplos.
El silencio es escucha
Una de las partes de la enseñanza de Rumi que más me llama la atención es el significado de la facultad de escuchar en el sentido más amplio del término. De hecho, sama significa literalmente «audición», ya que con las danzas sagradas el derviche se ubica en un estado de silencio interior que le permite no solo escucharse a sí mismo, sino escuchar y ver las esencias de todas las existencias y de lo sagrado.
El silencio interior es la oportunidad de asomarse y dejarse caer en el cálido océano de la Consciencia, y es ahí en donde se descubre, como dice el gran maestro derviche, que «toda una vida sin amor no cuenta, el amor es el agua de vida. ¡Bébela con el alma y el corazón!
Sin duda alguna, hablaremos más en la web de este gran maestro de la consciencia. Os dejo ahora con algunos extractos de su sabiduría y con una bibliografía recomedada:
- Y Tú. ¿Cuándo vas a empezar ese largo viaje dentro de ti mismo?, ¿Cuándo?
- No necesitas de viajar a alguna parte. Viaja dentro de ti. Entra en una mina de rubíes y báñate en el esplendor de tu propia luz.
- No te alejes de la intención de tu corazón.
- Responde a cada llamado que emocione tu espíritu.
- No te conformes con las historias, de cómo le han ido las cosas a los demás. Revela tu propio mito.
- La vida es un equilibrio entre aferrarse y dejar ir.
- Nada existe fuera de ti mismo. Mira en tu interior, todo lo que buscas está ahí.
- En los callejones de tu mente, ¿qué estás buscando?
- Sé implacable en tu búsqueda, porque eres lo que buscas.
Redacción: Álvaro González