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En el presente artículo hablaremos de la Psicología Positiva, una rama de la psicología especializada en estudiar e incentivar el desarrollo de las habilidades y virtudes humanas, en lo que podríamos definir como una psicología que busca las claves para alcanzar la felicidad y el bienestar interior.
Durante décadas, los estudios y aplicaciones terapéuticas en la psicología se basaban fundamentalmente en el tratamiento de los males psicológicos de los pacientes. Por suerte, algunos psicólogos observaron que eran necesarios nuevos enfoques más completos para abordar el estudio y la terapia psicológica, especialmente en tener presente otras dimensiones de la psique humana más allá de traumas, trastornos y otros problemas psicológicos.
Antecedentes de la psicología positiva
Probablemente, C. G. Jung fue de los primeros en apuntar hacia una psicología en la que la dimensión espiritual y la posibilidad del propio desarrollo interior eran modos de sanar la psique. En su trabajo con los arquetipos vemos una buena muestra de ello.
También en psicólogos como Abraham Maslow y su famosa pirámide de las necesidades humanas encontramos un estudio bastante intuitivo sobre qué es lo que necesita el ser humano para alcanzar la realización personal.
Por otro lado tenemos a Stanislav Grof y su Psicología Transpersonal, en la que una vez más la dimensión espiritual y el intento de desarrollar una psicología capaz de mejorar la calidad de vida interior de las personas está muy presente.
Con estos antecedentes, y otros tantos derivados de los mismos, podemos apreciar los continuos intentos por encontrar las claves que permitan al ser humano hallar la plenitud, la felicidad y el bienestar interior dentro del mundo moderno.
¿Qué es la Psicología Positiva?
En los años 90, el psicólogo Martin Seligman, quien había sido director de la Asociación Estadounidense de Psicología (APA) fundó una nueva rama de la psicología, bautizada como Psicología Positiva. ¿Qué es la psicología positiva? En palabras del propio Seligman, es
«el estudio científico del funcionamiento humano positivo y el florecimiento en múltiples niveles que incluye las dimensiones biológica, personal, relacional, institucional, cultural y global de la vida.»
La psicología positiva busca, a través del método científico, un sistema que haga posible el desarrollo de las diversas capacidades humanas para hallar la felicidad y el bienestar interior. Se enfoca principalmente en la potenciación de las virtudes y habilidades de cada persona, dentro de su propio contexto personal y también cultural.
De hecho, una de las particularidades de la psicología positiva es que tiene presente la dimensión cultural en la que vive el paciente, con lo cual, la sociología y la antropología son partes del estudio de esta rama de la psicología. Y es que todos somos hijos e hijas de nuestro tiempo, y nuestro modo de entender el mundo, sus valores y otros elementos son, en parte, moldeados por nuestro lugar de nacimiento. Esto ayuda a concretar mejor las necesidades de cada paciente.
La auténtica felicidad
Para hallar lo que la psicología positiva llama auténtica felicidad, Seligman señala 3 puntos esenciales:
- Vida placentera: No como una búsqueda hedonista del placer, sino como una incentivación de las emociones positivas, como la alegría, la inspiración, la gratitud, el perdón y el aprender a estar en el aquí y el ahora.
- Vida comprometida: Este factor nos habla del desarrollo de nuestras fortalezas y virtudes, como la sabiduría, la curiosidad, la espiritualidad y el sentimiento de trascendencia, la mentalidad abierta, la diligencia, la integridad, el amor, el humor, el civismo, la creatividad, etc. En definitiva, este punto nos habla de nuestro desarrollo interior en todas sus expresiones. También tiene relación con el estado de flujo, del que hablaremos más adelante.
- Vida con significado: Implica buscar un significado a nuestra vida, una dirección determinada que marque nuestro camino por ella. Una parte importante relacionada con dar significado en nuestra vida es el altruismo, la ayuda a los demás para que sean felices, lo que Seligman define como el ejercicio de la bondad, que puede surgir a partir del trabajo con nuestras fortalezas y virtudes.
PRISMA: los cinco elementos para desarrollar el bienestar
Seligman y su equipo, a medida que avanzaban en sus investigaciones, elaboraron la Teoría del Bienestar, que consiste en cinco aspectos principales. Sus siglas son PRISM, derivados de las palabras Positividad, Relaciones positivas, Involucramiento, Significado y Metas alcanzadas:
- Positividad: Optimismo ante la vida, antes las circunstancias y proyectos que emprendemos.
- Relaciones positivas: Aprender a desenvolverse con los demás, nosotros mismos y el entorno de una forma coherente y positiva.
- Involucramiento: Relacionada con la vida comprometida, es aprender a mantener la concentración y vivir con pasión aquella actividad que realizamos.
- Significado: Como he comentado anteriormente, es dar una dirección y propósito a nuestra propia vida, o lo que es lo mismo, tener un motor existencial.
- Metas alcanzadas: La consecución y los logros que obtenemos de lo que hacemos en nuestra vida, ya sean proyectos, el desarrollo de una capacidad o cualquier hecho de nuestra vida que nos dé felicidad.
En conjunto, los ochos puntos que he descrito brevemente representan el modo de hallar la plenitud y la felicidad según la psicología positiva: dar un significado a nuestra vida, trabajar en nuestras fortalezas, virtudes y objetivos con compromiso y pasión, que es un estar en la vida plenamente, ya que solo quien se compromete con lo que hace vive plenamente y, algo muy importante, ser capaz de ejercer la bondad, es decir, el altruismo y la compasión.
«Nuestras fortalezas y virtudes trabajan en contra de la desgracia y en contra de los trastornos psicológicos, y son la clave para aumentar la resiliencia.»
Martin Seligman
Teoría de Flujo
No quisiera terminar esta breve exposición sin mencionar la Teoría de Flujo. Dentro de la psicología positiva, aprender a concentrarse completamente con las actividades que realizamos es fundamental para ser felices, como ya hemos visto. Esta capacidad del ser humano fue investigado por el también psicólogo Mihály Csíkszentmihályi (quien, según Seligman, es el mayor investigador de la psicología positiva en el mundo), y la describe de la siguiente manera:
«[El estado de flujo es] el hecho de sentirse completamente comprometido con la actividad por sí misma. El ego desaparece. El tiempo vuela. Toda acción, movimiento o pensamiento surgen inevitablemente de la acción, del movimiento y del pensamiento previos, es como si estuviéramos tocando jazz. Todo tu ser está allí, y estás aplicando tus facultades al máximo.»
¿Te suena? Seguro que en más de una ocasión meditando, haciendo deporte, yoga, estudiando, creando una obra de arte o en general poniendo todas tus energías y atención en una actividad, has vivido esto. En poco tiempo puedes hacer muchas cosas, o pasa mucho tiempo y no te cansas de hacer lo que estás haciendo. Es un estado mental distinto, de profundización y fusión total con la actividad realizada. Tiene mucha relación con el Mindfulness, como podemos apreciar. Es la experiencia total del aquí y ahora.
«El flujo es el proceso de alcanzar la felicidad a través del control de la vida interior.»
Mihály Csíkszentmihályi
Conclusión
Lo que me parece interesante de la psicología positiva es que aboga por el desarrollo de valores y capacidades de las personas y su búsqueda incesante por encontrar un método que permita hallar la auténtica felicidad. También me parece muy sugerente la definición del estado de flujo y su relación con el mindfulness, ya que algo muy importante para nuestro bienestar es el cultivo de la atención plena.
Redacción: Álvaro González